Agradezco al Señor por haber concedido el don de la vida religiosa salesiana consagrada, vivir la pasión por la juventud y la niñez es una aventura que necesita ser renovada día tras día, Dios se ha hecho siempre presente en mi vida ¡cuanto quisiera que tantos jóvenes también pudieran descubrirle y ofrecer su vida también a El!

Toda persona que recibe el Carisma Salesiano está siempre invitada a renovarlo, a través de su oración personal, comunitaria y su entrega diaria a la educación integral del joven y el niño, como ejemplo de nuestros fundadores, teniendo siempre presente la imagen de Jesús Buen Pastor.

Mis 25 años de vida religiosa son para mi motivo para proclamar las maravillas de Dios en mi vida y en la de toda persona sencilla.

La pasión por Dios y por la juventud necesita una continuidad, dejémonos habitar por esa pasión para que la entrega a Dios en lo cotidiano se haga cada vez más visible.

Gracias Señor por el bien que haces en la vida de los jóvenes a través de mi persona, no puedo no pedirte que dispongas tantos corazones para que la misión salesiana siga teniendo futuro en esta Tierra querida, Guinea Ecuatorial, que la Virgen no cese de interceder por mí y por todas las personas que el Señor pone en mi camino de misión.